La historia de Mateo, un pequeño guerrero que nació con apenas 600 gramos, se ha convertido en un símbolo de esperanza y perseverancia. Tras cuatro meses de intensos cuidados en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del Hospital Regional de Encarnación, este bebé prematuro recibió la alta médica, alcanzando un peso de dos kilos y dejando atrás una etapa llena de desafíos.
Desde su llegada al mundo, Mateo requirió una atención especializada para sobrevivir. En la UCIN, fue sometida a asistencia respiratoria, nutrición cuidadosamente administrada y un monitoreo constante que permitió a los profesionales de la salud acompañarlo en cada paso de su recuperación. Su evolución, marcada por altibajos propios de su condición, es hoy un testimonio del esfuerzo conjunto del equipo médico y la fortaleza de este pequeño.
La familia de Mateo, visiblemente emocionada, compartió su gratitud hacia el personal del hospital. “Estamos profundamente agradecidos con todos los que cuidaron de nuestro hijo. Cada enfermera, cada doctor, cada persona que puso su corazón en esto hizo posible que hoy podamos llevarnos a casa”, expresó un familiar. Además, destacaron un momento clave en su recuperación: una cirugía realizada en una clínica de Santa Rita, cubierta completamente por el Ministerio de Salud, donde también recibió una atención de excelencia que marcó la diferencia en su proceso.
Las imágenes que acompañan esta historia, autorizadas por la familia, muestran a un Mateo sonriente y lleno de vida, un reflejo de la alegría que hoy embarga a sus seres queridos. “Es un milagro, pero también es el resultado del compromiso y la dedicación de mucha gente”, afirmaron sus padres, quienes no escatimaron en palabras de agradecimiento hacia el sistema de salud que apoyó a su hijo desde el primer día.
Hoy, la salida de Mateo de la UCIN no solo representa una victoria personal, sino también un motivo de celebración para todo el equipo del Hospital Regional de Encarnación. Su caso resalta la importancia de los cuidados neonatales especializados y el impacto de un sistema de salud accesible y comprometido. Con el alta en mano y un futuro por delante, la familia de Mateo mira hacia adelante con optimismo, sabiendo que este gran logro es solo el comienzo de una nueva etapa.
