César Benítez, un talentoso artista oriundo de Encarnación, Paraguay, ha dejado una marca imborrable en la escena musical local gracias a su versatilidad y pasión por la música. A través de una entrevista disponible en YouTube, titulada “César Benítez: Inicios de este gran artista encarnaceno” , el músico comparte detalles fascinantes sobre sus comienzos, las influencias que moldearon su carrera y las experiencias que lo llevaron a convertirse en una figura querida en su comunidad.
Los primeros pasos en las orquestas
César recuerda con nostalgia sus inicios como un joven músico que apenas comenzaba a explorar el mundo del arte. En aquella época, se unió a orquestas que actuaban en grandes escenarios, lo que le permitió compartir espacio con solistas y artistas consagrados. “Yo aprendía mucho de los solistas porque yo me iniciaba recién como joven ahí en los primeros”, relata. Este contacto con músicos experimentados fue clave para su desarrollo, ya que le brindó la oportunidad de absorber conocimientos y perfeccionar su oficio. En esos días, predominaban los “lentos”, canciones románticas que invitaban a las parejas a disfrutar de momentos especiales, un estilo que, según César, ha perdido popularidad con el tiempo.
De las orquestas a las discotecas y restaurantes show.
El panorama musical cambió con la llegada de las discotecas, un fenómeno que, en palabras de César, “nos liquidó a todos”. Sin embargo, su capacidad de adaptación lo llevó a explorar nuevas oportunidades. En Encarnación comenzaron a surgir los “restaurantes show”, como el Chino Rubí, los Hermanos González y el Hotel, donde los dúos musicales se convirtieron en el centro de atención. Artistas como Fernando y Margarita, así como Myriam Millán, se destacaron como figuras exclusivas, atrayendo a multitudes, incluidos visitantes de Posadas, Argentina, que admiraban su talento.
César no solo fue testigo de esta evolución, sino que también formó parte activa de ella. Se unió a la empresa del Chino Rubí, un lugar emblemático que marcó una época en la ciudad. Allí, además de cantar, aprendió del estilo único de los dueños, quienes manejaban el negocio con carisma y dedicación. Una anécdota que comparte con humor involucra al propio “Chino”, quien, ante un problema con un baffle que no funcionaba, le decía: “¿Qué pasa, César? […] Solucione usted, cante así no más”. Estas experiencias reflejan la espontaneidad y el ingenio que caracterizaban esa época.
Equipos de sonido y anécdotas inolvidables.
El Chino Rubí no solo era un espacio para la música, sino también un lugar donde los músicos debían enfrentar imprevistos. César cuenta cómo el dueño invirtió en un equipo de sonido para que los artistas tocaran los fines de semana y en eventos especiales. Sin embargo, los equipos no siempre estaban en óptimas condiciones, lo que generaba momentos de tensión y risas. “Yo venía sobre la hora de la noche y encontré de repente un baffle que no andaba”, recuerda, destacando la exigencia de resolver problemas sobre la marcha.
Otro relato pintoresco involucra a Carlitos, el encargado de recibir mercaderías, quien confundió a un sacerdote chino con un repartidor. “Usted quién es”, le preguntó, y el monje respondió: “Yo monje”. Carlitos, desconcertado, replicó: “Ah, no, yo con granada ya hago con cre”. Estas historias ilustran el ambiente cálido y peculiar que rodeaba a los restaurantes show, donde la diversidad cultural y el humor se entrelazaban con la música.
El salto a la fama con Vocal Seis y más allá
César también formó parte de Vocal Seis, un grupo en el que cantaba junto a las hermanas Millán, Mirta y Rosana, quienes eran las verdaderas estrellas. Él, más reservado, se limitaba a acompañarlas, mientras que fuera del escenario llevaba una vida tranquila, cantando en la iglesia los domingos. Fue allí donde un mentor, “Lilito”, lo animó a dar un paso adelante: “¿No querés cantar solo? ¿No vas a aprender?”. Este empujón marcó un punto de inflexión en su carrera.
Más adelante, César actuó en Las Leñas del Señor Sánchez, otro espacio icónico de Encarnación. Sánchez, con su pizarrón donde anotaba los precios del locro y otros platos, también promocionaba las presentaciones de “César Musical”, consolidando su reputación como solista.
Una época dorada
A lo largo de la entrevista, César evoca con cariño una “época muy linda”, marcada por la camaradería, el aprendizaje y la conexión con el público. Desde sus días en las orquestas hasta su consolidación en los restaurantes show, su trayectoria refleja el espíritu de una generación que vivía la música con intensidad y autenticidad.
César Benítez no solo es un artista talentoso, sino también un narrador que transporta a su audiencia a los vibrantes días de su juventud en Encarnación. Su historia es un testimonio del poder transformador de la música y de cómo los desafíos y las oportunidades pueden forjar a un gran artista.
