Encarnación, 8 de abril de 2025 – En una sesión extraordinaria cargada de tensión y emociones, la Junta Municipal de Encarnación abordó el dictamen de la Comisión de Obras sobre el colapso de un edificio que dejó dos víctimas fatales: una abuela y una menor de 15 años. El debate, transmitido en vivo por Facebook Live – en la cuenta de TVS, reflejó la indignación, el dolor y las posturas encontradas entre los concejales respecto a las responsabilidades administrativas, técnicas y penales detrás de esta tragedia sin precedentes en la ciudad turística.
El concejal Eduardo Florentín abrió la discusión con una crítica contundente al sistema municipal, calificando el derrumbe como el colapso no solo de un edificio, sino de “un mecanismo de corrupción”. Según Florentín, la Municipalidad cayó en su rol de ente contralor al permitir irregularidades evidentes, como la construcción de un edificio sin la cantidad requerida de estacionamientos y la autorización de tres pisos adicionales que violaban las ordenanzas vigentes. «El Ejecutivo tiene la potestad de suspender una obra y exige que se regrese al plano original. Esto pudo haber sido evitado», afirmó, subrayando que el prestigio de Encarnación, conocida como «la vidriera de Paraguay», está en juego.
Por su parte, el concejal Carlos Marino defendió la postura de que la responsabilidad principal recae en el profesional firmante del proyecto, conforme a la legislación paraguaya. «La Municipalidad no puede cuestionar el cálculo estructural avalado por un ingeniero o arquitecto habilitado. Eso es competencia del Ministerio de Obras Públicas, no nuestra», argumentó. Marino enfatizó que una investigación penal en curso determinará si hubo fallas en la ejecución, como el uso de materiales de baja calidad o la omisión de refuerzos estructurales, y llamó a evitar “ataques políticos” que aprovechen el dolor de las víctimas.
El concejal Morel, en una intervención apasionada, rechazó que el dictamen tuviera tintes políticos y exigió autocrítica: «Dos personas murieron y nuestros procesos fallaron. No podemos tapar el sol con un dedo». Criticó la falta de profesionales técnicos en la Municipalidad —“puro abogado y puro hurreros”—, sugiriendo que se invierta en arquitectos e ingenieros para prevenir futuras tragedias. “El rally mundial y el turismo están en juego, mientras una familia llora a sus muertos”, agregó, visiblemente afectado.
La concejal Natalia Enciso llamó a la prudencia ya evitar un “circo mediático”. Propuso recomendar al intendente la contratación de un equipo de peritaje independiente para esclarecer las causas del derrumbe con base en estudios científicos. «No hay un solo culpable hasta que la Justicia y el sumario administrativo lo determinen. Respetemos a las víctimas y dejemos de emisión juicios sin pruebas», expresó, abogando por actualizar las normativas locales y nacionales sobre construcción.
El debate también expuso la frustración por la falta de acceso a información clave. Morel relató cómo tuvo que esperar 40 minutos para ver los planos estructurales tras el siniestro, mientras Florentín advirtió que las evidencias presentadas en ambos dictámenes —similares en contenido— son irrefutables: el edificio no debía superar los cinco pisos aprobados originalmente.
Tras un intercambio de posturas, la Junta aprobó por mayoría el dictamen 1A, que incluye observaciones administrativas y la recomendación de una pericia técnica, aunque los concejales coincidieron en que las conclusiones definitivas dependerán de la investigación penal en curso. «No somos jueces ni fiscales, pero sí contralores. Acompañamos el proceso en busca de justicia», resumió un edil.
La tragedia ha puesto bajo la lupa las falencias de un sistema que, según los concejales, combina ordenanzas desactualizadas, falta de fiscalización y una ley nacional de 1964 que carga la responsabilidad casi exclusivamente en los profesionales de la construcción. Mientras la ciudadanía y los turistas se preguntan si los edificios de Encarnación son seguros, la Junta Municipal enfrenta el desafío de legislar para evitar que el dolor de esta pérdida se repita. La investigación sigue su curso, y con ella, la esperanza de que se haga justicia por las vidas truncadas bajo los escombros.
