La ciudad de Encarnación se encuentra en medio de un debate que divide opiniones: la implementación del sistema de estacionamiento tarifado. Conrado Kiener, presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Servicios de Encarnación, abordó el tema en una entrevista reciente, reflejando la diversidad de posturas dentro de la comunidad comercial y la necesidad de encontrar un equilibrio entre los beneficios y las dificultades que este sistema podría traer.
Kiener explicó que los socios de la cámara están claramente divididos. Por un lado, los comerciantes de la zona alta de la ciudad ven con buenos ojos la medida, considerándola una herramienta para ordenar el tránsito. Por otro lado, aquellos ubicados en el circuito comercial céntrico se oponen rotundamente, temiendo que el cobro por estacionar ahuyente a los clientes, como ocurrió en el pasado. “No queremos ser nostálgicos, pero en otras épocas, cuando se implementó esto, le hicieron correr a muchísima gente de los locales comerciales”, señaló el presidente, recordando experiencias previas que dejaron un sabor amargo en el sector.
El estacionamiento tarifado comenzó a tomar forma visible en las calles de Encarnación, con la pintura de las zonas designadas ya en marcha. Sin embargo, Kiener destacó que el proyecto actual no coincide plenamente con lo que se había acordado inicialmente con la empresa adjudicataria, que presentó su propuesta hace más de un año. «Nos comentan cosas que hoy no se están implementando. Hay muchas cosas que no coinciden con lo que nosotros habíamos apoyado», afirmó, subrayando que el contexto ha cambiado significativamente en los últimos dos años. Según él, el circuito comercial, que antes estaba prácticamente desierto, ahora goza de una gran afluencia de personas, lo que obliga a replantar el impacto del sistema.
A pesar de las discrepancias, Kiener adoptó una postura cautelosa y pragmática. Como líder de la cámara, busca mediar entre las posturas a favor y en contra, reconociendo tanto las potenciales ventajas –como el ordenamiento del tránsito– como los inconvenientes, especialmente el rechazo generalizado a pagar por un servicio que antes era gratuito. “A nadie le gusta pagar por algo, pero es un servicio que en algunos lugares va a acomodar el tránsito, supuestamente. Vamos a ver si implementación cumple su función”, expresó.
El presidente también se enfatizó que será clave evaluar los resultados una vez que el sistema esté en marcha. “Desde la implementación vamos a tener un panorama más real”, indicó, sugiriendo que solo la experiencia práctica permitirá medir si el estacionamiento tarifado cumple con las expectativas o si, por el contrario, termina afectando negativamente al comercio local.
En un tono reflexivo, Kiener cerró su análisis dejando abierta la posibilidad de que las percepciones actuales puedan estar equivocadas y que los “nuevos paradigmas” exijan adaptarse a esta realidad. Mientras tanto, Encarnación se prepara para un período de ajuste, con la esperanza de que el equilibrio entre progreso y tradición no termine inclinando la balanza en contra de sus comerciantes y habitantes.
