En una entrevista reciente en el programa «Fuera de Línea», transmitido en dúplex por TVS y FM Studio, la senadora paraguaya Lilian Samaniego compartió detalles sobre su encuentro con Leila Pereira, presidenta del Palmeiras, en un esfuerzo por tender puentes y garantizar que el fútbol siga siendo una fiesta de unión y no un escenario de violencia. Este diálogo surge en medio de una polémica que ha escalado en los últimos días, a raíz de incidentes relacionados con hinchas y tensiones previas al enfrentamiento entre Palmeiras y Cerro Porteño por la Copa Libertadores, programado para el próximo 9 de abril.
El origen de esta situación se remonta a un torneo internacional sub-20 en Paraguay, donde un jugador del Palmeiras fue objeto de agresiones verbales por parte de algunos hinchas tras ser sustituido. Este hecho marcó el inicio de una serie de desencuentros que incluyeron declaraciones del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, que no fueron bien recibidas por la Federación Brasileña de Fútbol. A esto se sumó el sorteo de la Libertadores, que emparejó a Palmeiras con Cerro Porteño, avivando aún más las tensiones. Incluso circularon amenazas de hinchas del Palmeiras hacia la afición cerrista, lo que generó preocupación de cara al partido en Brasil.
Consciente de esta situación, la senadora Samaniego, quien se identifica como paraguaya, cerrista y legisladora, decidió actuar. «Estuve ayer aproximadamente una hora y media con la presidenta Leila Pereira. Le agradecí que me recibiera y le expliqué que, como paraguaya y como senadora, me preocupaban las posiciones radicalizadas y hasta de odio que veía en las redes sociales», relató. Su objetivo era claro: promover el diálogo para garantizar la seguridad y el bienestar de los hinchas paraguayos que viajarán a Brasil, así como asegurar que el partido sea una celebración del deporte.
Durante la reunión, Samaniego enfatizó que “el fanatismo deportivo es pasión, diversión, y no discriminación ni violencia”. Hizo hincapié en que el fútbol debe unir a las personas y las familias, no dividirlas. “Le dije que venía a enfocarme en lo deportivo y que el diálogo siempre derriba fronteras, algo que ha sido mi herramienta a lo largo de mi historia política”, agregó. Además, destacó las diferencias culturales y legales entre Paraguay y Brasil en materia de racismo: mientras en Brasil una agresión racista puede conllevar hasta cinco años de cárcel, en Paraguay las leyes son más leves, un aspecto que, según la senadora, merece atención legislativa.
Pereira, por su parte, se mostró receptiva y comprometida. Según Samaniego, la presidenta del Palmeiras le aseguró que brindará todas las garantías necesarias al presidente de Cerro Porteño, a los jugadores, al cuerpo técnico y a los hinchas para que el 9 de abril sea una jornada deportiva sin incidentes. Sin embargo, la senadora no se quedó sola en las promesas de su contraparte brasileña. Anunció que planea dialogar con autoridades de seguridad en Brasil, cercanas al entorno del presidente Lula, para reforzar las medidas de protección.
Samaniego también reflexionó sobre la responsabilidad de Paraguay en este tipo de situaciones. «Tenemos que hacer nuestra parte. Explicarles a nuestros compatriotas que las leyes en Brasil son severas y que debemos respetarlas, así como dar garantías de seguridad cuando los equipos visitantes lleguen aquí», afirmó. Lamentó que, en el caso reciente de agresiones a jugadores del Palmeiras en Paraguay, no se haya identificado al responsable, en parte por la falta de tecnología como identificadores faciales, algo que sí está implementado en Brasil.
La senadora subrayó la importancia de volver a los valores del deporte: «Entiendo la pasión por los clubes, es sana y alegra la vida, pero debe ser en el marco del respeto. La violencia no puede instalarse. Los partidos deben ser momentos de tensión, sí, pero también de alegría y fiesta». En ese sentido, abogó por una educación que fomenta la tolerancia y por leyes más ajustadas a la realidad actual, citando como ejemplo la escena de un hincha acompañado de un menor que protagonizó actos de violencia, algo que calificó como “inaceptable”.
Finalmente, Samaniego destacó el espíritu de concordia que encontró en Pereira. «Es una persona abierta, y su forma de recibirme lo demuestra. En Paraguay, si se identifica a quien agrede, paga una multa según la ley del deporte, pero necesitamos trabajar más desde el Congreso y en la educación para erradicar estas conductas», concluyó. Su mensaje es un llamado a la reflexión: el fútbol, con toda su pasión, debe ser un espacio de paz, respeto y unión, tanto en Paraguay como en Brasil.
