La reciente desaparición de Keila, una joven madre de 21 años, madre de dos niños, mantuvo a la ciudadanía en vilo durante varios días. Tras haber manifestado que había sido secuestrada, la noticia fue ampliamente difundida por los medios de comunicación, generando alarma y preocupación entre la población. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando la joven apareció junto a una amiga, Carolina Pintos, en inmediaciones de la Terminal de Ómnibus de Asunción. Ambas se encontraban viviendo en un inquilinato cercano.
El Comisario Nimio Cardozo, jefe de la Unidad Antisecuestro de la Policía Nacional, fue uno de los primeros en dar declaraciones sobre el caso. Cardozo subrayó que fingir un secuestro constituye un hecho punible y destacó la gravedad de la situación, especialmente por el impacto que tuvo en la comunidad. «Este tipo de acciones no solo desvían recursos valiosos de las fuerzas del orden, sino que también generan un pánico innecesario entre la población,» manifestó Cardozo.
El hecho de que la joven no informara a sus familiares que se encontraba bien añadió una capa adicional de complejidad al caso. Ante el Ministerio Público, la mujer declaró que se negó a contactar a sus familiares durante su ausencia, lo que provocó que la situación se saliera de control y adquiriera una gran repercusión mediática.
En medio de la confusión generada por la desaparición, se informó a la prensa sobre el hallazgo de un cuerpo en la zona de Areguá, lo que inicialmente se relacionó con la joven desaparecida. Esta información provocó una mayor inquietud entre la ciudadanía, pero posteriormente fue descartada por las autoridades, aclarando que no existía vínculo entre ambos casos.
El incidente ha llevado a un llamado de atención sobre la importancia de manejar con responsabilidad la información y de las consecuencias legales y sociales de simular un delito de esta magnitud. La situación también pone en evidencia la rapidez con la que se puede generar alarma en la sociedad y la necesidad de una respuesta coordinada y prudente por parte de las autoridades y los medios de comunicación.
La joven y su amiga fueron trasladadas a dependencias policiales para tomar sus declaraciones, mientras el Ministerio Público continúa investigando las circunstancias que llevaron a la propagación del falso secuestro.
fuente: Ñanduti