ESCUELA HIGINIO MORÍNIGO: PADRES Y DOCENTES EXIGEN SOLUCIONES ANTE OBRAS INCONCLUSAS QUE IMPIDEN EL INICIO DE CLASES

Encarnación, Paraguay – 21 de febrero de 2025


A pocos días del inicio oficial del año lectivo 2025 en las instituciones públicas del país, la Escuela Higinio Morínigo de Encarnación enfrenta una situación crítica que ha generado indignación entre padres, docentes y funcionarios. Las obras de construcción de un polideportivo y sanitarios modernos, encargadas por la Gobernación de Itapúa y la Municipalidad de Encarnación, permanecen inconclusas, dejando a la institución sin baños funcionales y en condiciones inadecuadas para recibir a los 350 alumnos que esperan iniciar clases el próximo lunes 24 de febrero.

En una entrevista concedida a TBS, la directora de la escuela, Lic. Laura Molina, expresó su profunda preocupación y frustración ante la falta de avances en las obras, especialmente en los sanitarios, cuya finalización considera una prioridad urgente. «Estamos a dos días del inicio del año escolar a nivel nacional y nuestra institución no está en condiciones. No tenemos sanitarios para recibir a los niños. Exponerlos a estas condiciones es un riesgo que no estoy dispuesta a asumir», afirmó Molina, visiblemente afectada por la situación.

Una obra a medio camino y promesas incumplidas.

Las obras en la Escuela Higinio Morínigo incluyen la construcción de un polideportivo, a cargo de la Gobernación de Itapúa, y nuevas aulas y sanitarios, responsabilidad de la Municipalidad de Encarnación a través de la empresa DJ Ingeniería. Según la directora, el polideportivo tiene un plazo de 180 días para su culminación, mientras que los sanitarios y aulas debían estar listos antes del inicio del ciclo escolar. Sin embargo, a pesar de los reclamos realizados desde el 11 de febrero ante las autoridades, las obras avanzan a paso lento. «Hoy es viernes y, como están las cosas, esto no va a estar listo para el lunes. No soy experta en construcción, pero veo que está todo por la mitad», lamentó Molina.

La preocupación de la directora se centra en la seguridad y la salud de los estudiantes. «Necesitamos sanitarios urgentes. No podemos tener a los niños ocho horas al día en estas condiciones. Queremos recibirlos en un lugar limpio, seguro y salubre, pero no depende solo de nosotros», añadió. La presión también llega desde sus superiores, quienes insisten en que las clases deben comenzar el lunes, aunque las condiciones no lo permiten. «Estoy entre la espada y la pared: los padres me exigen soluciones y mis superiores me dicen que hay que empezar como sea», confesó.

Malestar de los padres: «No enviaremos a nuestros hijos»

El descontento de los padres se hizo evidente durante una manifestación pacífica frente a la escuela este viernes por la mañana. Con pancartas y cánticos, exigieron a las autoridades priorizar la finalización de los sanitarios. «Duele ver que nuestros hijos, que están ansiosos por empezar las clases, no pueden hacerlo por la irresponsabilidad de las autoridades», expresó una madre durante la protesta. «No vamos a enviar a nuestros chicos el lunes si esto no se resuelve. Es una vergüenza», agregó otro padre.

La llegada de un representante de la Gobernación de Itapúa al lugar, quien prometió que los sanitarios estarían listos para el lunes tras un trabajo intensivo durante el fin de semana, no logró calmar los ánimos. Los padres lo tomaron como una burla, señalando que solo había un operario barriendo en el lugar y que no se observaba el despliegue necesario para cumplir con ese compromiso. «Dicen que en dos días van a terminar lo que no hicieron en dos meses. Nos invitan a venir el domingo a las 5 de la tarde a verificar. Si no está listo, no mandamos a nuestros hijos, punto», sentenció un grupo de padres.

Un panorama de incertidumbre

Las imágenes del lugar muestran un sanitario desmontado, con paredes a medio construir, inodoros amontonados y materiales punzantes como varillas y alambres expuestos, lo que representa un peligro adicional para los niños. Aunque en las últimas horas se vio un ligero aumento en el número de obreros, el ritmo de trabajo sigue siendo insuficiente para garantizar que las instalaciones estén operativas el lunes.

La comunidad educativa no se opone a las obras, que prometen un polideportivo y sanitarios modernos de gran utilidad a futuro. Sin embargo, coincida en que la planificación debía priorizar las necesidades básicas de los alumnos. «Nadie está en contra del desarrollo, pero esto debía hacerse en tiempo y forma para no perjudicar a los niños», subrayó la Lic. Molina.

Mientras tanto, los padres evalúan trasladarse caminando hasta la Gobernación de Itapúa y la Municipalidad de Encarnación para exigir una solución inmediata. Por su parte, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) mantiene su postura de iniciar las clases como sea, lo que agrava la tensión en una institución que se siente abandonada por las autoridades.

La Gobernación accionó legalmente contra empresa

Por su parte, la Gobernación de Itapúa ha denunciado a la empresa «San Pablo Metalúrgica Construcciones», de Miguel Golasik, por incumplimiento de contrato en la obra del polideportivo en la Escuela Higinio Morínigo. Según informó el gobernador Javier Pereira, la empresa, que había ganado la licitación original, no cumplió con los plazos establecidos, lo que llevó a la acción legal. Además, se cobró el seguro de la obra, permitiendo recuperar los fondos invertidos.

Tras este incumplimiento, se convocó una nueva licitación, asignando el proyecto a otra empresa que retomó los trabajos el 9 de diciembre de 2024, con un plazo de 180 días para la entrega final del polideportivo. Sin embargo, este proceso administrativo ocasionó retrasos significativos en la ejecución. Pereira instó a la directora Laura Molina a «dirigirse a la fuente» para conocer los detalles, asegurando que los procedimientos legales y administrativos se han realizado conforme a la normativa, y que los inconvenientes actuales escapan al control directo del Ejecutivo Departamental.

A medida que se acerca el lunes, la Escuela Higinio Morínigo permanece en un limbo, con la esperanza de que (ésta vez) las promesas se cumplan y los niños puedan retomar su derecho a la educación en un entorno digno y seguro. Por ahora, la incertidumbre reina en Encarnación.