En la Escuela del Barrio Chaipe, ubicada en Encarnación – Itapúa, Paraguay, ha surgido un conflicto que involucra a padres de familia, cocineras y la empresa encargada del programa de almuerzo escolar. Las tensiones han escalado debido a denuncias de supuesto hurto de alimentos destinados a los estudiantes y contraacusaciones de hostigamiento hacia las trabajadoras de la cocina.
Este artículo, basado en entrevistas disponibles, presenta ambos lados de la controversia.
Denuncias de los Padres: Supuesto Hurto de Alimentos
Un grupo de padres, encabezado por un representante de la comisión de la escuela, ha denunciado que alimentos destinados al almuerzo escolar están siendo retirados de la institución de manera irregular. Según su testimonio, han observado cómo una camioneta blanca recoge bolsas negras que contienen cebollas, papas, zapallos y hasta cajas de tomates, los cuales no estarían en mal estado. Los padres afirman que estos productos, en lugar de ser desechados en contenedores dentro de la escuela, son llevados a la casa de un vecino, lo que les genera sospechas.
El representante de los padres señaló que cuentan con videos que muestran claramente cómo se empaquetan estos alimentos en bolsas negras y se trasladan en carretillas, incluso a través de una ventana de la institución. Los padres consideran que este proceder es una falta de respeto, especialmente porque los niños reciben porciones de comida que califican como «miserables», mientras los alimentos destinados a ellos son retirados.
Además, los padres han expresado su frustración con la empresa encargada del programa alimentario, acusándola de minimizar el caso y de no tomar medidas efectivas. Según el representante, esta no es la primera irregularidad: previamente, hubo un incidente con una cámara de seguridad de la escuela, que habría sido dañada, y ya se han presentado quejas formales sin resultados. Los padres planean acudir a la comisaría para formalizar una denuncia legal, exigiendo que se garantice la alimentación adecuada para sus hijos, en línea con el programa Hambre Cero.
Respuesta de las Cocineras: Acusaciones de Hostigamiento
Por otro lado, las cocineras de la escuela han ejercido su derecho a réplica, denunciando que están siendo hostigadas por un grupo reducido de padres, específicamente cinco o seis personas. Según Luisa Sanabria, una de las trabajadoras, las bolsas negras que se ven en los videos contienen exclusivamente verduras en estado de descomposición, como zapallos y otros alimentos que han cumplido su ciclo y no son aptos para el consumo. Las cocineras aseguran que cuentan con un acta de la empresa que autoriza a un vecino, identificado como Ángel, a retirar estos desechos.
Las trabajadoras afirman que realizan limpiezas diarias para mantener la higiene y evitar olores o plagas, y que los videos difundidos solo muestran este proceso. Niegan rotundamente las acusaciones de robo, argumentando que no serían «tan estúpidas» de cometer actos ilícitos frente a una cámara. Además, destacan que no hay quejas sobre la calidad o puntualidad de los almuerzos que preparan, lo que consideran una prueba de su buen desempeño.
Las cocineras también relataron que el hostigamiento comenzó desde el inicio del programa en febrero, incluyendo la presión que resultó en el traslado de una de sus compañeras. Sanabria, madre de un estudiante en la escuela, expresó el dolor personal que le causa esta situación, ya que teme que su hijo sea señalado por las acusaciones públicas. Las trabajadoras piden tranquilidad en su lugar de trabajo y que se respete su labor, subrayando que cumplen órdenes de la empresa y que necesitan su empleo para sostener a sus familias.
Un Conflicto Sin Resolución Inmediata
Este enfrentamiento pone en evidencia una falta de comunicación y confianza entre los padres, las cocineras y la empresa encargada del programa de almuerzo escolar. Mientras los padres exigen transparencia y el uso adecuado de los recursos destinados a sus hijos, las cocineras reclaman un ambiente laboral libre de hostigamiento. La empresa, por su parte, parece no haber mediado de manera efectiva, según ambos testimonios.
Los padres han anunciado que continuarán con acciones legales y permanecerán en vigilia para monitorear la situación. Las cocineras, en cambio, esperan que la empresa tome una determinación que aclare los hechos y les permita trabajar en paz. Hasta que no se realice una investigación formal y se implementen medidas claras, el conflicto en la Escuela del Barrio Chaipe seguirá generando tensiones en la comunidad educativa.
