Argentina: los glaciares en peligro por la expansión minera

En el marco del primer Día Internacional de los Glaciares, celebrado el 21 de marzo de 2025, la sociedad civil argentina sigue con atención y preocupación la aprobación de Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) para 34 proyectos mineros en la provincia de Mendoza, que podrían poner en riesgo estos valiosos ecosistemas.

Los glaciares, fundamentales para la vida en Argentina, están protegidos por la Ley de Glaciares desde 2010, una normativa que busca resguardarlos como reservas estratégicas de agua, fuentes de datos científicos y atractivos turísticos, además de garantizar la biodiversidad. «Son un componente esencial de los ecosistemas, no solo en la cordillera, sino también en las zonas que dependen del agua de su deshielo. Además, son indicadores clave del cambio climático; su retroceso amenaza la disponibilidad de agua y la supervivencia de comunidades enteras», explica Paz González, profesora de Ecología de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en diálogo con DW.

El aumento de las temperaturas globales, principal causa del derretimiento glaciar, llevó a Naciones Unidas a declarar 2025 como el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares. En este contexto, expertos como Lucas Ruiz, glaciólogo del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), subrayan su importancia: «Los glaciares actúan como un seguro contra las sequías. Cuando las precipitaciones escasean, su deshielo asegura el suministro de agua a las cuencas». Sin embargo, el calentamiento en regiones como la Patagonia y Cuyo acelera su desaparición, comprometiendo las reservas de agua dulce que alimentan los ríos del oeste argentino.

Según González, los Andes del Sur (Argentina y Chile) han perdido un 13% de su masa glaciar, mientras que los glaciares tropicales registran una disminución del 20%. “En los Andes del Sur, la pérdida anual promedio es de casi 27 millones de toneladas de hielo”, detalla la experta, quien aboga por una protección más robusta mediante políticas inclusivas y financiamiento para iniciativas locales.

Una ley de baja presión

La Ley de Glaciares, aprobada tras una fuerte movilización ciudadana, enfrentó obstáculos desde su origen. «Nació como una propuesta inspirada en Chile y, aunque obtuvo amplio apoyo en el Congreso, fue vetada por la entonces presidenta Cristina Kirchner. La presión popular logró revertir ese veto y consolidar su aprobación», recuerda Enrique Viale, presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, en conversación con DW.

Para Leandro Gómez, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), la ley marcó un hito al reconocer la relevancia de los glaciares y el ambiente periglacial. Sin embargo, denuncia que, desde su sanción, el sector minero ha intentado bloquearla con maniobras legales y presiones políticas. “Gobiernos de distintos signos han propuesto cambios para debilitarla, y en la Ley Ómnibus de Javier Milei se incluyó una modificación redactada por empresas mineras para reducir el área protegida y facilitar su explotación”, critica Viale.

Minería versus glaciares

En Mendoza, la resistencia a la minería lleva décadas. “El gobierno provincial, encabezado por Alfredo Cornejo y aliado del Ejecutivo nacional, está avanzando en un contexto de crisis, mientras criminaliza a quienes defienden el agua”, sostiene Viale. A finales de 2024, la aprobación de las DIA para 34 proyectos de exploración en Malargüe subió las alarmas. Según un informe del IANIGLA, estas iniciativas amenazan el ambiente glaciar y periglacial que da origen al río Colorado, una cuenca vital para cinco provincias. El dictamen también señaló la falta de estudios hidrológicos y climáticos esenciales.

Ante esto, la FARN presentó una medida cautelar en la justicia federal de Mendoza para frenar las actividades mineras y exigir un análisis exhaustivo de la situación hídrica, los impactos acumulados y la caracterización del ambiente glaciar. “Es una lucha por el agua y la vida”, enfatiza Gómez.

Mientras el glaciar Perito Moreno y otros íconos naturales se mantienen como símbolos de la riqueza argentina, la batalla por su preservación continúa, enfrentando a comunidades, científicos y ambientalistas contra los intereses de las grandes corporaciones mineras.

fuente: DW