La industria de los videojuegos, lejos de ser solo entretenimiento, ha sido escenario de una feroz batalla entre tres gigantes tecnológicos: Nintendo, Sony y Microsoft. Esta lucha por dominar un mercado de aproximadamente 250.000 millones de dólares no solo ha transformado el ocio digital, sino que ha redefinido la cultura y la economía global.
Una industria que eclipsa al cine y la música
Según Miguel Ángel Sánchez, autor del libro Colosos en llamas (Star-t Magazine Books), los videojuegos han superado en ingresos a industrias como el cine y la música. En entrevista con EFE, Sánchez destaca que esta industria es una «máquina de empleo» y un campo de batalla tanto comercial como cultural. «Los actores principales se sirven de los fans para posicionarlos en un bando a favor o en contra», explica, subrayando cómo las marcas alimentan rivalidades para consolidar su influencia.
Con un tamaño de mercado que alcanzó los 249.600 millones de dólares en 2023, según Statista, se espera que esta cifra supere los 360.000 millones para 2027. Estados Unidos lidera como el mayor mercado, generando más de 46.000 millones en ventas de juegos, consolas y accesorios.
Los orígenes de la batalla: de los 80 a la llegada de Xbox
La guerra moderna de los videojuegos tomó forma en los años 80 y 90, con Nintendo y Sega como pioneros, y Sony irrumpiendo con la PlayStation. La entrada de Microsoft en 2001 con Xbox marcó un nuevo capítulo. Sánchez detalla que Microsoft, con su proyecto Midway —nombrado en referencia a la batalla de la II Guerra Mundial—, buscó desafiar el dominio japonés de Sony y Nintendo. Sin embargo, sus 24 millones de Xbox vendidas palidecieron frente a los 160 millones de PlayStation 2 y los 81,5 millones de GameBoy Advance.
«Para Microsoft fue una cura de humildad», afirma Sánchez. A pesar de su ambición, no logró desbancar a sus rivales japoneses, pero sentó las bases para una competencia que sigue vigente.
Un futuro digital y narrativas cinematográficas
El panorama ha evolucionado drásticamente. Antes, la carrera se centraba en la potencia de las consolas; hoy, el enfoque está en plataformas en la nube y modelos de suscripción. Incluso Nintendo, tradicionalmente apegada al formato físico, ha abrazado lo digital con la Switch 2, una consola híbrida que se prevé venderá entre seis y ocho millones de unidades en su lanzamiento en junio de 2025.
Los videojuegos también han trascendido sus raíces. Títulos como The Last of Us, Halo o Super Mario han dado el salto a la pantalla grande con guiones complejos y gráficos hiperrealistas. «Las limitaciones técnicas se han superado, permitiendo guiones más elaborados y narrativas que rivalizan con el cine», señala Sánchez.
Una batalla sin fin
Con un futuro prometedor, la industria de los videojuegos no muestra signos de desaceleración. La realidad virtual, las suscripciones y las experiencias inmersivas seguirán alimentando esta guerra entre titanes. Como concluye Sánchez, «es una forma de ocio para todas las edades y personas, sin barreras». En este escenario, Nintendo, Sony y Microsoft continuarán su lucha por el trono del entretenimiento digital.
Fuente: EFE
