Preparan campaña de limpieza y concienciación. Se busca involucrar a los sectores público y privado, buscando cambiar la imagen de la zona comercial y hacerla más amigable para los turistas.
La iniciativa, denominada Deja huella, no basura en CDE, busca concientizar a la población sobre la importancia de mantener limpio el entorno urbano y transformar el centro de Ciudad del Este en un lugar más atractivo para residentes y turistas.
La contaminación visual y ambiental, producto del arrojo indiscriminado de residuos, es un problema persistente en la zona. Sin embargo, esta nueva campaña busca revertir esta situación a través de un trabajo coordinado entre los sectores público y privado.
La convocatoria, prevista para mañana, a las 16:00, en la intersección de las avenidas Adrián Jara y Carlos Antonio López, contará con la participación de la Cámara de Comercio y Servicios, la Cámara de Empresarios, la Gobernación del Alto Paraná y la Secretaría de Turismo.
Por su parte, la Municipalidad se suma a este desafío con el compromiso de trabajar de manera conjunta para lograr una ciudad más limpia y ordenada. “La participación de todos los sectores es fundamental para alcanzar este objetivo. Invitamos a todos los ciudadanos a sumarse a esta campaña y a hacer su parte para cuidar nuestro entorno”, expresó.
Motor de la economía. Se insiste en que el comercio es el motor de la economía de la ciudad y se la debe cuidar. Un centro limpio y ordenado atrae más turistas y genera mayor desarrollo económico. De allí, destacan, la importancia de esta campaña que contará con la participación de voluntarios, funcionarios municipales y equipos especializados.
Ciudad del Este, con su vibrante actividad comercial, ha enfrentado durante años el desafío de mantener un microcentro ordenado y limpio. Esta problemática, común en muchas ciudades que experimentan un rápido crecimiento económico, se agudiza por factores como el alto flujo de personas, la informalidad comercial y la falta de conciencia ciudadana.
Los desafíos son muchos, como la proliferación de puestos callejeros y la ocupación irregular de espacios públicos que dificultan el ordenamiento urbano y generan una imagen caótica. A esto, se suma el hábito de arrojar basura en la vía pública y la falta de respeto hacia el mobiliario urbano, que son problemas arraigados.
El aumento de la población y el turismo genera una mayor demanda de servicios y recursos, lo que exige una gestión urbana más eficiente por parte de la Municipalidad y el sector privado organizado, así como los mismos trabajadores de la vía pública. La falta de inversión en infraestructura adecuada para el manejo de residuos y la movilidad urbana agravan la situación.
La transformación del microcentro es un proceso complejo y gradual que requiere el compromiso de todos los actores involucrados. Con una planificación adecuada, una fuerte voluntad política y la participación activa de la ciudadanía, es posible lograr una ciudad más limpia, ordenada y próspera.
Desde la Comuna, en los últimos dos años, se han emprendido proyectos de concienciación, pero no se logró el avance necesario.
fuente: UH