Las competiciones de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana no solo exigen la mejor destreza futbolística de los equipos, sino también un estricto cumplimiento de las reglas dentro del campo. Cualquier infracción, como las que derivan en tarjetas amarillas o rojas, no solo afecta el desempeño del equipo, sino que también tiene consecuencias económicas significativas.
En estas competiciones, las multas impuestas por tarjetas rojas pueden oscilar entre 1,500 y 3,000 dólares. La variación en el monto depende de la gravedad de la infracción cometida y si el jugador es reincidente. Por otro lado, las tarjetas amarillas, aunque menos costosas, también implican una sanción que ronda entre los 500 y 1,000 dólares por cada una.
Estas multas son parte del esfuerzo de la Conmebol para mantener la disciplina y promover el juego limpio durante todo el torneo. Además, los equipos suelen ser responsables de estas sanciones, lo que genera un impacto directo en su presupuesto y gestión financiera.
Estas medidas disciplinarias subrayan la importancia de un comportamiento responsable dentro del campo, ya que las sanciones económicas se suman a las consecuencias deportivas que pueden afectar la trayectoria de los equipos en estos torneos de prestigio internacional.
