La dieta cetogénica, conocida popularmente como «keto», ha ganado gran relevancia en los últimos años, siendo adoptada por celebridades y personas comunes que buscan mejorar su salud o perder peso. Sin embargo, como explica la licenciada en nutrición Lorena García, esta dieta requiere un enfoque profesional para garantizar resultados saludables y sostenibles. En esta entrevista, la nutricionista profundiza en los fundamentos de la dieta keto, sus beneficios, riesgos y la importancia de un acompañamiento especializado.
Orígenes de la Dieta Keto
Contrario a lo que muchos piensan, la dieta cetogénica no es una moda reciente. Según García, fue desarrollada en la década de 1920 en la Clínica Mayo, en Estados Unidos, como un tratamiento para pacientes con epilepsia, ya que se observó que reducían significativamente sus episodios al seguirla. Años más tarde, en la década de 1990, la dieta resurgió y, en los últimos tiempos, se ha popularizado como una herramienta para la pérdida de peso y la mejora metabólica.
¿En Qué Consiste la Dieta Keto?
La dieta keto se basa en la restricción severa de carbohidratos, como azúcares, almidones y alimentos como pan, pastas, arroz, frutas y gaseosas. Al limitar estos nutrientes, el cuerpo entra en un estado metabólico llamado cetosis, donde utiliza las reservas de grasa como fuente principal de energía, en lugar de los carbohidratos. «Al reducir los carbohidratos, obligamos al cuerpo a quemar grasa como combustible», explica García.
Sin embargo, esta dieta no se trata solo de eliminar carbohidratos. La nutricionista destaca la importancia de seleccionar cuidadosamente las grasas consumidas, priorizando aquellas saludables, como las provenientes de aguacates, nueces o aceites de calidad, y combinarlas con un aporte adecuado de proteínas y vegetales ricos en fibra, vitaminas y minerales.
Desafíos Culturales en Paraguay
En Paraguay, la alimentación tradicional está basada en carbohidratos y grasas, con alimentos como mandioca, fideos, arroz y carnes. García señala que esta dieta, combinada con un estilo de vida cada vez más sedentario, ha contribuido al aumento del sobrepeso: «Seis de cada diez personas en Paraguay tienen exceso de peso». Este contexto cultural hace que adoptar la dieta keto sea un desafío, ya que implica cambiar hábitos arraigados, como el consumo de platos abundantes y energéticos por la mañana, que antes se justificaban por el trabajo físico intenso, pero hoy no se corresponden con el estilo de vida de oficina.
Riesgos de una Dieta Keto Mal Implementada
La licenciada advierte que seguir una dieta keto sin supervisión profesional puede tener consecuencias negativas, como el aumento de colesterol, triglicéridos o ácido úrico, además del temido «efecto rebote». Las versiones de la dieta que circulan en redes sociales suelen ser desbalanceadas, cargadas de grasas saturadas y carentes de vegetales, lo que puede generar deficiencias nutricionales. «No es solo comer hamburguesas sin pan», bromea García, enfatizando que una dieta keto saludable debe incluir vegetales y un control riguroso de las porciones.
La Importancia del Asesoramiento Profesional
Cada organismo es único, por lo que García subraya que la dieta keto no es adecuada para todos. En su consultorio, adapta los planes alimenticios a las necesidades, preferencias y condiciones de salud de cada paciente. Además, destaca que existen otras estrategias para perder peso o mejorar la salud sin recurrir a la cetosis, como aumentar el consumo de vegetales, diversificar las comidas y mantener un déficit calórico equilibrado.
La nutricionista también resalta la importancia de la educación alimentaria para combatir enfermedades asociadas a la mala alimentación, como diabetes, hipertensión e hígado graso. En este sentido, la actividad física es un complemento esencial, recomendando al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, introducido de forma progresiva para evitar lesiones o descompensaciones.
Consejos Prácticos para una Alimentación Saludable
García ofrece recomendaciones clave para quienes buscan mejorar su dieta:
- Diversifica tu plato: Incorpora vegetales de colores variados para obtener diferentes vitaminas y minerales.
- Modera las porciones: Aprende a balancear carbohidratos, proteínas y grasas saludables.
- Come cada 3-4 horas: Evita largos periodos sin alimentarte para mantener la saciedad y un metabolismo activo.
- Cena ligera y temprano: Respeta el ciclo circadiano, optando por comidas livianas antes de las 20:00 para facilitar la digestión y evitar acumular grasa.
- Sé constante: Disfruta de un «permitido» ocasional, pero regresa rápidamente a tu rutina saludable.
Además, la importancia de mantener un ayuno nocturno de 12 horas, desayunar de forma abundante y evitar dietas extremadamente restrictivas, ya que estas pueden ralentizar el metabolismo y fomentar el abandono.
