El contralor general de la República, Camilo Benítez, resaltó los aspectos positivos del programa Hambre Cero tras inspeccionar 350 de las 7.000 escuelas beneficiadas. En su comparecencia ante la Comisión de Cuentas y Control del Senado, enfatizó la importancia de replicar los logros para garantizar la continuidad y ampliación del programa impulsado por el presidente Santiago Peña.
Logros destacados
Benítez señaló que el programa ha incrementado la asistencia escolar y ha generado satisfacción generalizada, especialmente en el interior del país, por la distribución de alimentos. “En la mayoría de las escuelas visitadas, los niños consumieron los menús proporcionados, lo que refleja un impacto positivo”, afirmó.
Principales falencias
A pesar de los avances, el contralor identificó varias debilidades. La falta de infraestructura, como comedores, es el principal obstáculo. “Muchas escuelas no cuentan con espacios adecuados, y los estudiantes comen en las aulas. Además, hay carencia de utensilios como platos y cubiertos, lo que debe corregirse de inmediato”, indicó.
Otro problema es la desactualización del Registro Único del Estudiante (RUE), que genera discrepancias entre los alimentos solicitados y la cantidad de alumnos reales. Esto provoca que las empresas proveedoras entreguen menos comida de la necesaria. Benítez también reportó retrasos en la entrega de insumos por parte de algunas empresas, lo que impide la preparación de alimentos en ciertas escuelas. “Esto es grave y merece sanciones. No podemos normalizar que los niños no coman, como ocurría con Fonacide”, subrayó.
Asimismo, la implementación del Sistema Integrado de Alimentación Escolar (SIAE), que registra la cantidad de niños atendidos y el servicio ofrecido, aún no está operativa. Benítez destacó que lo más preocupante es que muchos niños no reciben alimentos, contraviniendo el principio de universalidad de la ley, que exige que todos los estudiantes coman diariamente.
Recomendaciones y medidas
La Contraloría instó a las gobernaciones a revisar los contratos con las empresas proveedoras y, de ser necesario, aplicar multas, sanciones o rescindir acuerdos. “El principio de universalidad debe cumplirse sin excepciones. Las empresas que no cumplan deben enfrentar consecuencias”, enfatizó Benítez.
Para fomentar la participación ciudadana, los padres pueden presentar denuncias anónimas a través de la plataforma Ñangareko, que permite calificar el servicio de 1 a 5 estrellas y utiliza GPS para validar que las quejas se realicen desde las escuelas, evitando información falsa.
Conclusión
Benítez defendió la importancia de destacar los avances del programa para consolidar su impacto, pero insistió en la necesidad de corregir las falencias de manera urgente. “Reconocer lo que se hace bien nos motiva a seguir mejorando, pero no podemos ignorar que todos los niños deben comer todos los días”, concluyó.
Fuente: UH