Los vendedores ambulantes que se encontraban en los alrededores del Hospital Regional de Encarnación, fueron desalojados para el cumplimiento de la reglamentación municipal y sanitaria. Sin embargo, hasta hoy aún no fueron reubicados. En este caso, los afectados ya no tienen para comer y exigen asistencia a las autoridades municipales.

“En casa nuestros hijos ya pasan hambre, y ante la falta de respuesta de ellos ( autoridades) venimos a tratar de conseguir para el día a día, pero los “zorritos” nos quieren sacar, le decimos que no vamos a salir porque quién nos va a dar de comer”; comentó una de las antiguas vendedoras del lugar.