En una reciente entrevista, en TV Canal 4 de Posadas – Argentina, se discutió la grave situación de contaminación en el Río Paraná y el impacto que esto podría tener en las comunidades ribereñas, tanto en Encarnación (Paraguay) como en Posadas (Argentina). La problemática gira en torno a un relleno sanitario entregado hace ocho años por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) al municipio de Encarnación, que, según las imágenes mostradas, se encuentra en condiciones deplorables, con lixiviados contaminados que podrían estar afectando el río.
Los entrevistados explicaron que, en teoría, la administración y el mantenimiento del relleno sanitario deberían estar a cargo del municipio de Encarnación, pero reconoció que existe una corresponsabilidad por parte de la EBY. “Encarnación ha sido la más afectada por el cambio drástico en el ecosistema”, comentaron, subrayando que la entidad binacional también debe asumir su parte de responsabilidad. Esta situación ha llevado a que el intendente de Encarnación esté actualmente imputado, con un proceso judicial en marcha que avanza lentamente debido a «chicanas jurídicas».
Un punto alarmante es la falta de conciencia sobre el impacto ambiental de la contaminación. Durante la sesión de un concejal en Posadas, uno de los participantes expresó que no había razón para preocuparse porque “el agua está del otro lado”. Este comentario, calificado como irresponsable, provocó una reacción enérgica de los entrevistados, quienes señalaron que la contaminación no tiene fronteras y que el agua del Paraná, al estar conectada, afecta a ambas márgenes del río.
La concejala Valeria Gómez, de Posadas, ha tomado cartas en el asunto, presentando un pedido de informe al Ejecutivo Municipal respecto a la contaminación en los balnearios. Durante la sesión, compartió su experiencia personal en la costanera y expresó su preocupación al descubrir los niveles alarmantes de metales pesados en el agua del Paraná, según un estudio realizado por la Universidad Nacional de Itapúa en Encarnación. Estos contaminantes podrían causar graves problemas de salud, incluyendo varios tipos de cáncer, tanto en personas como en la biodiversidad.
El debate ha generado preocupación entre la población de Posadas y localidades cercanas como Garupá y Candelaria, donde los residentes temen que la contaminación en el río también esté afectando la calidad del agua y la salud pública. La falta de controles adecuados y la disputa sobre las competencias entre los gobiernos locales y federales han dejado a muchos ciudadanos con más preguntas que respuestas. La entrevista concluyó con la urgencia de establecer mecanismos de control más estrictos y de involucrar a las autoridades de ambos países para resolver este problema que afecta a todos los que dependen del río Paraná.
La gravedad de esta situación no puede ser ignorada. Los gobiernos de Paraguay y Argentina deben actuar de manera conjunta para garantizar la preservación del recurso más preciado: el agua.