Luego del ataque terrorista más grande de la historia de Nueva Zelanda, el cual sucedió el pasado viernes 15 de marzo, donde murieron 50 personas en menos de 30 minutos, más de 70.000 personas firmaron una petición ante el Parlamento del citado país, la cual buscaba la prohibición de la venta de armas semiautomáticas y otros elementos similares. La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, indicó que tal petición fue aceptada, por lo que, desde ahora en adelante todas las armas semiautomáticas, rifles de asalto, cargadores relacionados con estos, además de elementos similares, ya no podrán circular en el comercio neozelandés, ni tampoco ningún civil podrá portarlos. El gobierno de este país ayudará con esta reformación legislativa comprando todo este tipo de armamento a todos los ciudadanos de Nueva Zelanda que lo posean.
