En un escenario que ha generado indignación, los parlamentarios paraguayos se preparan para otorgarse un incremento salarial de G. 5 millones mensuales, contrastando fuertemente con el ajuste de apenas G. 107.627 que recibió la clase trabajadora formal este año. Este aumento, que eleva los ingresos de los legisladores de G. 32.774.840 a G. 37.775.840, está en manos del Senado, cuya aprobación consolidaría este privilegio para el 2025.
La Cámara de Diputados ya dio luz verde a esta medida, sumando al presupuesto otros beneficios como cupos de combustibles y la reciente implementación de la jubilación VIP, que permite a los congresistas retirarse con el 60% de su salario tras solo dos periodos de aporte.
Costos millonarios para el Estado
Mantener a los 125 legisladores cuesta anualmente G. 68.000 millones en salarios, dietas y gastos de representación. Adicionalmente, el nuevo cupo de combustible propuesto, de G. 5 millones por legislador al mes, sumará G. 7.500 millones anuales, equivalentes a casi USD 1 millón.
Los cuestionados privilegios no solo contrastan con la baja productividad legislativa, sino también con la crítica realidad del país, donde sectores esenciales como la salud y la educación enfrentan serias limitaciones presupuestarias. Por ejemplo, los recursos destinados al combustible de los parlamentarios superan los ingresos de médicos, quienes deben cubrir de sus propios bolsillos gastos similares.
Reacciones sociales y eclesiásticas
Desde la Iglesia Católica, el monseñor Ricardo Valenzuela cuestionó la desconexión entre la clase política y las necesidades del pueblo, calificando estas medidas como una muestra de egoísmo. Durante las celebraciones de Caacupé, señaló que muchos gobernantes priorizan su bienestar material por encima del bien común.
En tanto, ciudadanos y organizaciones han expresado su malestar en redes sociales y espacios públicos, exigiendo mayor sensibilidad y transparencia en la administración de los recursos estatales.
Paralelismos indignantes
Los recursos destinados a los privilegios parlamentarios podrían cubrir necesidades urgentes en salud pública, como la vacunación contra el virus sincitial respiratorio para lactantes, cuya inversión requerida es de USD 11 millones. Mientras los hospitales del Sur y Coronel Oviedo recibirán aumentos presupuestarios, estos quedan opacados por el gasto innecesario en lujos legislativos.
La brecha entre los salarios parlamentarios y el salario mínimo, actualmente en G. 2.798.309, refleja un sistema desigual que continúa favoreciendo a la élite política, mientras que la mayoría de los paraguayos enfrenta dificultades para cubrir sus necesidades básicas.
La aprobación de estos privilegios será una prueba más de cómo los intereses políticos se imponen sobre las prioridades ciudadanas, alimentando un clima de desconfianza hacia las instituciones del Estado.