Como una señal divina, Juan Franco, soñó con quien sería su madre biológica a quien nunca en la vida pudo ver, puesto que él habría sido entregado a unos vecinos, debido a que sus padres no tuvieron las condiciones necesarias para criarlo en ese momento. Según Juan, en sus sueños, la mujer era morocha y alta, datos que inmediatamente consultó con la mujer con la que se crio. La emoción de conocer a quien vio en sus sueños creció exponencialmente cuando la madre que le crio corroboró que, efectivamente, su madre biológica era su vecina, además de ser morocha y alta.