Julio Benítez, miembro de la Asociación de Propietarios de Gimnasios, lamentó que su sector sigue en zozobra sin tener respuesta alguna de parte del Gobierno Nacional a sus reclamos. El rubro solicita un protocolo para poder prepararse para luego atender a sus clientes.

En entrevista con la radio 650 AM, el empresario Julio Benítez advirtió que más de 500 gimnasios nucleados a su asociación continúan cerrados sin poder trabajar y que ya se vuelve insostenible seguir solventando los gastos y pago de salarios.
“No solo los dueños no pueden trabajar, también los profesores, las limpiadoras, las recepcionistas, las contadoras y las cuentas siguen acumulándose, algunas sobrefacturadas. Estamos bajoneados de cómo el Gobierno nos tiró y nos obligó a mantener al staff. Esto ya se vuelve insostenible. Es algo lamentable. Ahora nos tienen en zozobra porque no nos pasan el protocolo oficial para que nos empecemos a preparar para equiparnos y agendar a la gente”, dijo.
Sostuvo que muchos propietarios de gimnasios pusieron en venta sus máquinas y dejaron de alquilar los salones, otros inclusive ya piensan en cambiar de rubro. En su caso tiene el establecimiento hace más de 20 años y le entristece verlo “prácticamente muerto”.
También indicó que muchos atletas no pueden entrenar más como lo venían haciendo y perdieron sus avances. Además hay otros que urgen volver al gym para mejorar su salud y sacarse el estrés.
Pese a no tener respuestas del Gobierno y anunciarse el posible aplazamiento del avance hacia la fase tres de la cuarentena inteligente, casi todos los emprendedores se preparan para la reapertura de los salones. Ya adquirieron los lavamanos, el termómetro, los productos para una limpieza profunda, hacen un reordenamiento de las máquinas y también compran las mascarillas, de acuerdo con el entrevistado.
“Vamos a tener un gasto en la parte de limpieza porque será de forma permanente, y tendremos poca cantidad de gente al limitar dependiendo del tamaño de la instalación”, dijo y también reconoció que la ciudadanía está con miedo o no tiene dinero, por lo que el regreso tampoco será masivo.