La ministra de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez, señaló que los números son indiscutibles acerca de que el uso de la fuerza, por parte de los padres, fracasan en el afán de educar a los niños.

La secretaria de Estado salió al paso de voces que se levantan en pos de “volver a la usanza de antaño”, a la hora de perfilar la enseñanza casera de valores.
“Nosotros decimos que los golpes no educan, los golpes duelen. Muchos padres tratan de imponer autoridad usando la fuerza, pero de verdad deben saber escuchar a sus hijos”, expresó Martínez, al ser abordada al respecto.
Añadió que, la violencia juvenil, que adquiere en la actualidad estatus de epidemia, tiene su base en la creencia errada de que la disciplina “entra” con golpizas.
“Tener 10 denuncias por día de abusos, más de 3.000 casos en un año y si le sumamos el maltrato físico, llega a las 5.000 denuncias al año. Evidentemente tenemos pautas de crianzas negativas, felizmente no son todas las familias”, apuntó.
Martínez indicó que los tiempos que corren plantean cuestionamientos y necesidad de creatividad para descomprimir tensiones que derivan en violencia juvenil.
Subrayó que, la adicción a drogas, que genera una alta tasa de delincuencia en todo el país, tiene a segmentos juveniles de un sistema que ha exhibido resultados fracasados.