Gustavo Alfaro cumplió su palabra y revolucionó el once titular respecto al partido ante Estados Unidos. Solo Orlando Gill, Miguel Almirón y Diego Gómez repitieron en el equipo inicial. El cambio más esperado llegó desde el banco: Julio Enciso, que ingresó en el segundo tiempo y transformó por completo el partido.
El primer tiempo fue trabado y de pocas emociones. Paraguay tuvo dos goles correctamente anulados por fuera de juego y apenas inquietó con un libre directo de Diego Gómez que Malagón desvió con apuros (41’). México dominó la posesión, pero solo generó peligro real en jugadas a balón parado: un tiro libre de Gilberto Mora que Gill mandó al córner (22’) y un remate de Edson Álvarez al poste tras un córner (31’).
Todo cambió tras el descanso. A los 48’, Enciso –recién ingresado– lanzó un centro milimétrico que Antonio Sanabria cabeceó al fondo tras un choque con Malagón que el VAR revisó y validó. El 0-1 duró cinco minutos: mano en el área paraguaya, penal que Raúl Jiménez convirtió en el 1-1 (53’).
La respuesta guaraní fue inmediata. Tres minutos después, otro centro al área no fue bien rechazado por la defensa mexicana y Damián Bobadilla, que también había entrado en el complemento, apareció libre en el segundo palo para cabecear el 1-2 definitivo (56’).
México siguió teniendo la pelota, pero sin profundidad. Paraguay se cerró bien y buscó sentenciar al contragolpe con un Enciso desatado: a los 88’ falló increíblemente un mano a mano ante Malagón y en el 90+5’ Diego González obligó al arquero azteca a otra gran intervención.
Fuente: D10
