Marisol Medina, joven profesional Itapuense con una destacada trayectoria académica, se ha convertido en un referente en materia de inclusión. Abogada egresada de la Universidad Católica de Itapúa, con formación en escribanía, educación superior, accesibilidad y una maestría en asuntos públicos y gobernabilidad, apuesta a que la educación es la herramienta clave para transformar vidas, especialmente en el caso de personas con discapacidad.
En 2015 se convirtió en la primera estudiante con discapacidad visual en acceder a la educación superior en Itapúa, experiencia que marcó un precedente y abrió el camino a otros jóvenes en situación similar. Hoy, desde la Asociación Paraguaya por la Inclusión (ASPIC), de la cual es presidenta, impulsa proyectos que buscan derribar barreras y garantizar igualdad de oportunidades.
Uno de los programas más recientes es el Plan de Atención Integral Domiciliaria, servicio de salud integral para personas con discapacidad o movilidad reducida, desarrollado en el barrio San Pedro de Encarnación. En conjunto con el Diputado Nacional Sebastián Remesowski. Esta iniciativa ofrece servicios gratuitos de fisioterapia, psicología, nutrición, enfermería, talleres de autocuidado y orientación social a familias con integrantes con discapacidad o movilidad reducida.
El proyecto cuenta con un equipo multidisciplinario de voluntarios que, además de la atención médica, realiza un acompañamiento social. Se elaboran fichas para identificar si las personas cuentan con certificado de discapacidad, si reciben apoyo de programas sociales o si requieren medicamentos, facilitando los trámites ante instituciones como el Ministerio de Salud o la Dirección Nacional de Discapacidad (SENADIS).
Marisol destaca que el programa no busca reemplazar los tratamientos médicos existentes, sino complementarlos y acercar soluciones prácticas a las familias. Al mismo tiempo, valora el trabajo del Ministerio de Salud en la región, especialmente con el Hospital General de Itapúa y la incorporación de intérpretes para garantizar accesibilidad en los servicios públicos.
Este plan piloto refleja cómo la educación, la perseverancia y el compromiso social pueden transformarse en acciones concretas que mejoran la calidad de vida de comunidades enteras, demostrando que la inclusión es un camino posible cuando existe voluntad y articulación entre sectores.